Capitulo Ocho.

L I B E R T A D




Ser Natural.



Todo en la naturaleza tiene una nota, nosotros dependiendo de nuestro estado interior vibramos en diferentes notas, el humano actual, por lo regular vibra en nota que no es igual a la nota de la naturaleza, por consecuencia su presente es completamente un cumulo de todas sus causas del pasado, provocando una preocupación por su futuro y así consiguiendo un efecto fuera de armonía con la naturaleza en su presente.

En el universo existe un orden, nuestra madre naturaleza es decir el planeta, está regido por un orden llamado mesocosmo el cual es regido por 24 leyes, si detuviéramos nuestra vida un momento, alejándonos de nuestras ocupaciones, preocupaciones, deseos, etc. y nos concentraramos en contemplar la naturaleza, podríamos observar claramente que nuestra madre tierra es un organismo vivo e inteligente, el cual provee todo lo necesario para que pueda vivir, además de ordenar todos los mundos mineral, vegetal, animal y humano, la naturaleza es capaz de proveer a todos los seres vivos, ¡sus hijos!, todo lo necesario para su momento actual de vida, dado eso, los mundos de la naturaleza no tienen ni la menor preocupación de sobrevivir, a acepción del ser humano, que pasa el tiempo en de su existencia haciendo por sobre vivir y luego por satisfacer, falsas necesidades que le se ha creado y ahora son indispensables para su auto estima, y satisfacción de sus deseos, convencido que es eso el éxito de su vida.

El ser humano es regido por otro orden al cual corresponden 48 leyes, así como los cromosomas necesarios para su concepción, este orden se llama microcosmos, el cual no está completo y cada una de las esencias de este planeta debe trabajar para completar ese microcosmos, cuestión que en la actualidad no es prioritaria por los humanos del planeta dado a la época actual en la que vivimos y a que nuestra monada o esencia la cual se encuentra embotellada entre un 97% de conciencia dormida que nos obliga a vibrar en una nota por debajo de las 48 leyes acercandonos a las 96 leyes que rigen el mundo animal y haciendo de nuestra vida una existencia mecánica, y pesada, viviendo siempre preocupados por el futuro y lamentando el pasado.

Veamos algo, ¡Los animales no mueren de hambre!, ¡Los vegetales siempre son provistos de lo necesario para vivir!, un animal o vegetal nunca está fuera de su hábitat, nunca se ha visto un rosa en un desierto que nazca naturalmente, podría ser cultivada por la mano del humano pero por la naturaleza nunca, ¿cuando hemos sabido de un tiburón en un rio?, ¿sería absurdo verdad?, así podemos observar que la naturaleza es sabia, y ahora pregunto ¿Quien es el rey de la naturaleza? Fácilmente contestamos, El hombre, pero lamentablemente no es así, el ser humano está condenado a la pena vivir y no tiene nada de rey ni de hombre dado a que su microcosmos está incompleto, y el alto numero de  inconsciencia que le hace creer que sabe pero en realidad como diría el V.M Samael Aun Weor no sabe que no sabe, y ni siquiera es capaz de controlar su propio destino y muchas veces ni siquiera es capaz de realizar una actividad de una manera ordenada, o tener eso que las personas le llaman suerte.

Una persona que trabaja consigo mismo, y que de verdad quiere llegar ser libre, ama el trabajo interno y despierta a la realidad de que solo liberándonos de nosotros mismos podemos llegar a ser dueños de nuestros destino, y solo de esa manera llegaríamos a vibrar en armonía con nuestro planeta, y la coriente universal de vida que da fuerza y voluntad a nuestra madre tierra, consiguiendo estar por debajo de las 48 leyes que nos rigen, y cercándonos a la vibración del planeta, la suerte no es otra cosa que una vibración exacta en el momento justo, es pues que si comprendemos sabremos que la suerte no existe, nosotros promovemos ese resultado dependiendo de nuestro estado interior.

Para cambiar nuestro estado interior ya hemos dado varias practicas en los capítulos anteriores, debemos saber que lo más importante es despertar la conciencia, para investigar y conocer esas leyes  por las cuales somos regidos y en la misma manera ser inteligentes con ellas por otro lado el hecho de tener contacto directo con la naturaleza ayuda a mantenernos en armonía con nuestra esencia y a descubrir realmente quiénes somos y  a que hemos venido, cuestiones básicas que nos liberan de todo error y nos conducen hacia una vida sana y con mas sabiduría que hace pues la cuna de la felicidad, siendo así más sanos más sabios y más felices.


Practica:

Hacer lo posible por lo menos una vez a la semana ir al campo, y sentarse bajo un árbol grande un pino, un roble, etc. Tratar de sentir su presencia, comprenderla y emanciparse con ella tratando de llegar a sentirse como el árbol, a ser el árbol y formar parte de toda la naturaleza que lo rodea.

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